Cariño materialista

Supongo que no seré el único al que le pasa, siempre hay alguna compra o algún regalo que te acompaña durante mucho tiempo en tu vida o que está a tu lado en momentos importantes, o que simplemente te acaba siendo de tanta utilidad que se lo agradeces «cogiéndole cariño». Voy a hablaros sobre algunos de los chismes que más me alegro de tener a mi disposición:

No por su contenido precisamente, que podría ser mejor, sino por su apariencia, resistencia y funcionalidad tengo que hacer mención de… mi cartera, que con más de 10 años aguanta el paso del tiempo y mis malos tratos de una manera impresionante. Recuerdo que fué un regalo de mi madre, la compramos en el Corte Inglés hará unos 10 años, de la casa Pielnoble, y sin duda su sustituta (aunque aún le queda trote) también lo será.

Sigamos, mi BTT, ahora un poco pasada de moda según las nuevas tendencias de bicicletas con suspensión total, pero en su día era de lo mejorcito y me ha acompañado en rutas muy destroyers, hasta se ha atrevido con descensos por el medio del bosque en Vallnord. La fuí montando por piezas, algunas heredadas de  su antecesora, una BH que también merece esta mención. La parte más espectacular de esta bicicleta es su cuadro, Specialized M2 Team, modelo del 96 pero aún muy bien reconocido! :_)

Más, y relacionado con lo anterior, ¡las gafas de sol!, precisamente las compré de camino a Vall Nord, donde nos esperaban los locos descensos en bici. En Andorra, a muy buen precio, deben tener unos 8 años, son perfectas para esquiar, ir en bici, tenis, playa, dar un paseo, ¡lo que sea! no tengo intención de cambiarlas por mucho que las modas vayan cambiando. Sin duda fué una gran compra, improvisada y motivada por el olvido en casa de las que tenía antes.

Y que más… que más…. Ummm… mi coche!!!! Más de 180.000 kms y ni un fallo!! Jajajaja que más querría yo, la verdad es que ha fallado de todo, caudalímetro, ventanilla, chismes electrónicos, turbo, algunas goteras… Pero nunca le podré negar que me ha llevado a todos lados y de una manera muy segura y cómoda, en su primer viaje largo fuímos a Málaga, yo tenía 20 años y fueron 4 dias magníficos, únicamente invertimos unas 8-9 horas en el viajecito (creo que parando a comer), mejor no hagáis cálculos, eran otras épocas y no habían tantos radares…! Su compra fué una gran aventura, lo tenían que entregar a los 3-4 meses, que se convirtieron en 6-7, y que se acabaron convirtiendo en 11 meses, justo un día antes de mi cumpleaños, por lo que casi siempre le ha caido también algún regalito 🙂

En fin, está claro que por los años que llevan conmigo se merecen este post, se me ocurren otras cosas como un pijama, un lápiz, un bañador, una camelbak, un traje de esquiar ¡ah! y una botella de cava Anna de Codorniu que me acompañó en la ascensión a la Pica d’Estats, y volvió a bajar intacta, ¡ahora está guardada a la espera de una ocasión especial! También hay algún que otro «item» que está haciendo buena faena como la mochila donde llevo todo lo de la escalada, las excursiones, etc… Y a buen seguro que cuando tenga una cuerda de escalada se ganará mi cariño rápidamente, justo en la primera caída jajajaja

Y vosotros, ¡¿a qué «cosas» tenéis especial cariño?!